Casa Manolo

¿Qué más se podría añadir de Casa Manolo? Quienes ya lo han probado han dado testimonio oral y escrito de su calidad, en especial cuando se habla de probar sus deliciosas croquetas, por las que su fama trasciende más allá del Congreso de Diputados, a cuya espalda se encuentra.

Gabriel

En pleno barrio de Malasaña, en la calle Conde Duque, se encuentra un restaurante digno de probar. El menú del día es excelente, a buen precio y muy original. La decoración es muy acogedora y la música hace que uno disfrute más de la comida.

Dai-Kichi (Madrid)

Delicioso. Lo mejor que se puede hacer es ir a probar este restaurante japonés en Chueca, en la calle de la Reina. Todos los platos están buenísimos; destaca particularmente el atún picante y las berenjenas con salsa de miso, por elegir algo fuera del tradicional sushi. Las cervezas japonesas sorprenden (hay tres para elegir, las más fuertes son las mejores). El trato, encantador y los precios, más que razonables.

La Cruzada (Madrid)

Muy cerca de la plaza de Oriente, en la calle Amnistía, se encuentra esta taberna, que se precia de ser una de las más antiguas de Madrid. Degustar alguno de sus vinos, y hay para escoger, acompañando un plato de huevos rotos o una ración de albóndigas es uno de esos placeres que uno no debería perderse. El resto de la carta también promete, y a un precio muy razonable, sobre todo teniendo en cuenta la calidad.

Ékole (León)

Muy cerca de la plaza de San Isidoro está este bar con una pequeña terraza interior. Especializado en tés (a cual mejor), no puede uno irse sin probar el gin té (tú eliges la ginebra y la tónica y qué tipo de té quieres (hay tres variedades, de canela, de caramelo y de fresa).

El Bodegón (Cembranos, León)

A 14 kilómetros de León en dirección a Benavente se encuentra este restaurante - bodega. Son muy grandes y no suele haber problema para conseguir mesa, aunque siempre se puede reservar. Todo está rico: la morcilla (deliciosa y un poco picante), la cecina, las berenjenas rellenas, los pimientos... acompañado todo de un pan de quitarse el sombrero. A veces son un poco lentos, pero el resultado merece la pena.

Flechazo (León)

Nada como pasarse por este pequeño establecimiento para probar un Prieto Picudo y comer unas patatas, con o sin pimentón. Para repetir.